Esteban Pagán Rivera / epagan@primerahora.com
martes, 25 de septiembre de 2012
Yésica Bopp: hermosa y peligrosa Esteban Pagán Rivera / epagan@primerahora.com
martes, 25 de septiembre de 2012
Esteban Pagán Rivera / epagan@primerahora.com
“A mí me gusta; yo no lo sufro. Sé que es un sacrificio porque te aleja de tus seres queridos, las comidas que más nos gustan y todo lo que requiere estar entrenando. Pero yo disfruto eso porque me gusta entrenar, me gusta verme bien, me gusta sentirme bien. No me gusta estar cansada. Para tener todas esas cualidades, hay que estar bien preparada siempre”, enfatizó.
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De primera instancia, no parece como si Yésica Bopp fuera a ejercitarse en el caluroso gimnasio Wilfredo Gómez de Guaynabo. Cualquiera pensaría que se trata de una visita, o una amiga de un boxeador, pues con menos de 5’0’’ pies de altura y un largo cabello rubio, no representa el perfil que muchos tienen de una boxeadora profesional y, mucho menos, de una campeona mundial.
En dicho combate, la boxeadora argentina defenderá, por octava ocasión, su cinturón de las 108 libras de la Organización Mundial de Boxeo. “Me gusta entrenarme. Después de cada pelea, descanso una semana y vuelvo a la actividad. No supe mucho de mi rival hasta que vi unos videos; vi que es zurda, que tiene la guardia al revés”, expresó Bopp a Primera Hora al finalizar una liviana sesión de ejercicios el pasado domingo.
“A mí me gusta; yo no lo sufro. Sé que es un sacrificio porque te aleja de tus seres queridos, las comidas que más nos gustan y todo lo que requiere estar entrenando. Pero yo disfruto eso porque me gusta entrenar, me gusta verme bien, me gusta sentirme bien. No me gusta estar cansada. Para tener todas esas cualidades, hay que estar bien preparada siempre”, enfatizó.
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