De cara a la pelea de mañana de Miguel Cotto, resurge el debate de si él es mejor que Tito Trinidad y Wilfredo Gómez. Por Jorge Pérez Primera hora . com http://www.primerahora.com/deportes/boxeo/nota/quieneselmejorboxeadorboricua-1086972/
Con sus logros más recientes, Miguel Cotto no tan solo tiene garantizado un eventual ingreso al Salón de la Fama del Boxeo Internacional, sino a que la fanaticada en general lo coloque de lleno en la mítica batalla por determinar quién ha sido el mejor boxeador boricua de todos los tiempos.
Y aunque hay quien pudiera opinar que también debería considerarse a Wilfredo Benítez o a Héctor ‘Macho’ Camacho, lo más probable es que no haya mucha discusión si se afirma que esa contienda debe barajar tres nombres: Cotto, Wilfredo Gómez y Félix ‘Tito’ Trinidad.
Cada uno tiene sus méritos, naturalmente. He aquí una comparación directa entre ellos.
Wilfredo GómezY aunque hay quien pudiera opinar que también debería considerarse a Wilfredo Benítez o a Héctor ‘Macho’ Camacho, lo más probable es que no haya mucha discusión si se afirma que esa contienda debe barajar tres nombres: Cotto, Wilfredo Gómez y Félix ‘Tito’ Trinidad.
Cada uno tiene sus méritos, naturalmente. He aquí una comparación directa entre ellos.
Récord
El Bazooka amasó en su carrera una marca de 44-3-1 y 42 nocauts, incluyendo 32 nocauts seguidos y 17 exitosas defensas de su cetro supergallo del CMB, ganándolas todas por nocaut, lo que sigue siendo un récord mundial.
Pegada
A pesar de que se le reconocían su elegante boxeo y sus hábiles movimientos laterales, Wilfredo fue principalmente un noqueador que lo mismo podía acabar sus combates temprano como tarde. Sus 17 nocauts seguidos como campeón de las 122 libras son prueba irrefutable de ello.
Asimilación
Wilfredo cayó a la lona ocho veces en su carrera: una ante el coreano Dong Kyun Yum cuando ganó su primer título mundial, dos ante Salvador Sánchez, tres ante Azumah Nelson y, por último, dos ante el panameño Alfredo Layne al perder el cetro de las 130 libras. Sin embargo, en muchas peleas –particularmente ante Rocky Lockridge y Lupe Pintor– mostró un gran poder de asimilación.
Durabilidad y consistencia
Se hizo profesional en 1974, meses después de haberse convertido en el primer puertorriqueño en ganar el campeonato mundial como aficionado, y su carrera se extendió hasta 1989, cuando regresó para hacer dos combates en 1988 y 1989 luego de un corto retiro de dos años. Así, tuvo una carrera de poco menos de 15 años, extendiéndose por 12 años desde que ganó su primer cetro mundial.
Campeonatos mundiales
Fue campeón supergallo y pluma del CMB y júnior ligero de la AMB. Por mucho, sin embargo, sus grandes logros fueron en las 122 libras, ya que perdió sus campeonatos pluma y de las 130 libras al ser noqueado en sus primeras defensas.
Boxeo y disciplina
De los tres, nadie cuestionaría que Wilfredo poseía la mejor técnica con un boxeo elegante y deslumbrantes movimientos laterales, como correspondía a un peleador que había tenido una larga carrera en el aficionismo, donde incluso había llegado a ser campeón mundial. Como profesional, sin embargo, tal vez guiado por su instinto asesino y su gusto por las batallas campales, muchas veces se descuidaba y recibía golpes de más. La disciplina, sin embargo, fue su talón de Aquiles: se dice que no le gustaba entrenar y a menudo se daba vida de Don Juan, incluso cuando se suponía que estuviera concentrado en sus peleas.
Dinero generado
La mayor bolsa de su carrera fue la de $750,000 que recibió por su combate con Salvador Sánchez,
siguiéndoles las de $650,000 que ganó por pelear con Lupe Pintor y la de $600,000 con Rocky Lockridge, según sus propias palabras. Obviamente, Gómez peleó antes de que llegara la época de oro del ‘pay per view’.
Reconocimiento internacional
Aun en una época dominada por la última etapa de Muhammad Ali, Larry Holmes, y grandes campeones como Sugar Ray Leonard, ‘Mano de Piedra’ Durán, Marvin Hagler y Alexis Argüello, los comentaristas boxísticos reconocían la calidad del boricua y lo consideraban como uno de los mejores del mundo gracias a su victoria ante el hasta entonces imbatible Carlos Zárate, aunque militaba en una división poco reconocida y tal vez perdió su gran oportunidad de ganarse un reconocimiento más generalizado al caer en Las Vegas ante Salvador Sánchez.
Victorias y derrotas emblemáticas
La victoria más importante de su carrera fue contra Carlos Zárate, el imponente campeón gallo con marca de 52-0 y 51 nocauts al que noqueó en cinco asaltos en 1978, y su triunfo más dramático fue ante el también campeón gallo Lupe Pintor, a quien noqueó en el round 14 en 1984. Pero en su momento cumbre perdió ante Salvador Sánchez en 1981 y luego perdió por nocaut ante Azumah Nelson y el mediocre Alfredo Layne.
Relación con los medios y la fanaticada
El Niño de las Monjas fue producto de una época boxística en Puerto Rico en la que apenas había relacionistas públicos que sirvieran de filtro con los medios, y su actitud con la prensa era variable: a veces amigable, otras hoscas o a la defensiva. Los fanáticos lo adoraban, reconociendo su grandeza, pero con una especie de adoración agridulce que quedó plasmada en el impacto que tuvo su derrota ante Sánchez: la misma ocasionó un clima de duelo nacional, pero sin mucha simpatía por el ídolo caído, al entender muchos que el propio Gómez había sido en parte causante de su derrota por su falta de disciplina.
Félix "Tito" Trinidad
Récord
La marca del creador de la Titomanía fue de 42-3 y 35 nocauts con 15 exitosas defensas del título wélter de la FIB, 12 de ellas por nocaut.
Pegada
También fue un pegador nato, aunque no tuvo un dominio tan claro como Gómez sobre su oposición… tal vez debido a que, en general, se enfrentó a rivales de mejor calibre, algunos de ellos innoqueables como Macho Camacho y Pernell Whitaker.
Asimilación
Tito cayó nueve veces a la lona: una ante el argentino Alberto Cortés antes de hacerse campeón, y luego ante Yory Boy Campas, Oba Carr, Kevin Lueshing, Fernando Vargas, Ricardo Mayorga, Bernard Hopkins y dos veces ante Roy Jones Jr. Seis de esas caídas fueron en peleas que eventualmente ganó.
Durabilidad y consistencia
Se hizo profesional en 1990 y se extendió, pasando por dos breves retiros, hasta su derrota de enero de 2008 ante Roy Jones Jr., para acercarse a los 18 años, peleando durante 15 años luego de haber ganado su primer cetro mundial en 1993.
Campeonatos mundiales
Fue campeón wélter de la FIB y el CMB, júnior mediano de la FIB y la AMB y mediano de la AMB. Además de unificar las coronas de las 147 y las 154 libras, subió de división sin haberlas perdido, racha que continuó hasta su fatídica derrota de 2001 ante Bernard Hopkins cuando buscaba unificar el cetro de las 160 libras. Fue dominante en dos divisiones, y efímero en la tercera.
Boxeo y disciplina
Tuvo una carrera aficionada bastante corta cuando su padre, enfrascado en una disputa con la Federación de Boxeo local, le instó a hacerse profesional sin esperar hasta las Olimpiadas de 1992, como antes tenían previsto. Como profesional, aunque nunca fue un ‘coge palos’ a lo mexicano y sabía pasar golpes, fue un peleador sumamente agresivo: un ‘killer robot’, como lo llamaba el gran Emanuel Steward. En lo que a disciplina en el entrenamiento se refiere, fue un fuera de serie: ¿alguien recuerda haber visto a un Tito Trinidad cansado en alguna de sus peleas?
Dinero generado
Con la bolsa garantizada de $9 millones que recibió por pelear con Oscar de la Hoya, la cual luego terminaría subiendo hasta a acercarse, según se afirmó entonces, a los $18 millones, Tito se convirtió, por amplio margen, en el peleador boricua que más dinero había ganado en la historia. Luego seguiría siendo una atracción de primer orden por el resto de su carrera, en la cual llegó a ganar más de $14 millones por su choque con Roy Jones Jr., y amasar un total de más de $86 millones.
Naturalmente, Trinidad vivió en la primera época dorada del ‘pay per view’.
Reconocimiento internacional
Aunque la victoria más importante de su carrera –sobre De la Hoya– resultó ser una pelea deslucida y polémica, y muchos analistas consideraron que no mereció el favor de los jueces, la misma sirvió para atraer la atención general hacia un peleador carismático y emocionante, que llevaba ya seis años demoliendo a la oposición como un campeón wélter que solía levantarse de la lona para poco después noquear a su oponente. Recibió el premio Sugar Ray Robinson de la Asociación de Escritores de Boxeo de América en el 2000, como su Peleador del Año.
Victorias y derrotas emblemáticas
Su triunfo más importante fue ante Oscar de la Hoya en 1999, en la llamada Pelea del Milenio, pero, por desgracia, fue una pelea monótona y empañada por una decisión censurada por un amplio sector de la prensa. Pero luego consiguió brillantes victorias sobre dos invictos campeones de las 154 libras, David Reid y Fernando Vargas, antes de chocar de frente con su Salvador Sánchez: Bernard Hopkins.
Relación con los medios y la fanaticada
Tito tampoco tuvo un relacionista que le sirviera de filtro en todo momento, pero no lo necesitaba: él, con su personalidad efusiva, campechana y amigable, era su mejor relacionista público. Todo eso condujo al nacimiento de la Titomanía cuando todo el país se desbordó en una fiesta nacional luego de su victoria sobre De la Hoya, escena que se repetiría luego de sus triunfos posteriores. Su trato con la prensa siempre fue amigable, más que nada porque su padre, entrenador y manejador, don Félix, fue quien abordó los temas más espinosos.
Miguel Cotto
Récord
Hasta el momento amasa un récord de 39-4 y 32 nocauts. Como campeón, no ha permanecido tanto en un mismo peso como Gómez o Tito antes de saltar a la próxima división, con seis defensas en las 140 y las 147 libras. En peleas titulares su récord es de 19-4 y 15 nocauts.
Pegada
Debido también al empinado calibre de su oposición, Miguel a menudo ha tenido que extenderse a triunfos por decisión (Mosley, Clottey, Malinaggi), consiguiendo también muchos nocauts tardíos, producto probablemente de la acumulación de golpes.
Asimilación
El cuatro veces campeón ha sido derribado cinco veces: una por Ricardo Torres, dos veces en su primer combate con Antonio Margarito y otras dos ante Manny Pacquiao.
Durabilidad y consistencia
Después de representar a Puerto Rico sin éxito en los Juegos Olímpicos de 2000, Cotto firmó de inmediato con la poderosa empresa Top Rank, a la cual estuvo atado –al final extraoficialmente– hasta su último combate. En total, lleva 15 años como boxeador profesional, y en septiembre cumplirá 11 años desde la primera vez que ganó un cetro mundial.
Campeonatos mundiales
Ha sido campeón júnior wélter de la OMB, wélter y júnior mediano de la AMB y, en estos momentos, mediano del CMB. Los primeros dos títulos los ganó peleando por la corona vacante (ante Kelson Pinto y Carlos ‘el Indio’ Quintana, respectivamente), mientras que existen dudas acerca de la condición física de sus oponentes cuando ganó los cetros júnior mediano (Yuri Foreman) y mediano (Sergio ‘Maravilla’ Martínez). Es el único del grupo en haber conquistado cuatro títulos mundiales, pero puede decirse que no fue tan dominante ni duradero en ninguna división, como Gómez en las 122 y Tito en las 147, aunque, claro está, a él le ha tocado pelear en una época en la que la que los títulos mundiales han pasado a un segundo plano.
Boxeo y disciplina
Al igual que Gómez, tuvo una larga carrera en el aficionismo y fue el único de los tres que fue olímpico. Sin embargo, como profesional ha sido un peleador ofensivo, aunque a menudo ha demostrado su buena técnica boxística: a veces se cambia a una guardia zurda, otras pelea retrocediendo o incluso, como hizo en los últimos asaltos de su pelea con Shane Mosley, ha demostrado que puede ganar sus peleas sencillamente boxeándole a su rival. En lo que a disciplina en el entrenamiento se refiere también ha tenido sus críticas pero, al contrario de Gómez, parece dedicarse de lleno a su preparación cuando llega el momento de entrenar para una pelea.
Dinero generado
El cagüeño ha sido una de las grandes atracciones de la actual época de oro del boxeo rentado en la cual las bolsas de ‘pay per view’ –aumentadas geométricamente por los modernos sistemas de promoción basados en la Internet y en los documentales tipo ‘24/7’– alcanzan cada vez cifras más altas. Se estima que su bolsa por pelear con Mayweather pasó de los $10 millones y, la de su pelea con Manny Pacquiao, de los $12 millones, y que por los $9 millones que recibió por vencer a Sergio ‘Maravilla’ Martínez en su último combate ya dejó atrás a Trinidad. Por último, Cotto acaba de firmar con la empresa RocNation un contrato de tres peleas que comienza con la de Daniel Geale, por el cual se alega que ganará más de $50 millones.
Reconocimiento internacional
Al igual que Tito y Gómez, Miguel ha sido un peleador que se ha caracterizado por ofrecer peleas emocionantes, enfrentando una oposición de primer orden. Al contrario de los otros dos, sin embargo, Cotto fue desarrollando una segunda carrera como promotor y empresario, siguiendo la pauta de De la Hoya, y también ha sabido independizarse para negociar como agente libre con los distintos promotores. Además, ha conseguido algo que le ha permitido ser algo más que un ‘peleador latino’: aprendió inglés.
Victorias y derrotas emblemáticas
Sus triunfos más importantes han sido sobre Shane Mosley, Zab Judah y ‘Maravilla’ Martínez, aunque el último viene acompañado de un asterisco –para un sector de la prensa mundial– debido a que el argentino regresaba después de una lesión y de una larga inactividad. Por otro lado, aunque en ambas peleas vendió cara la derrota, Cotto también se ha topado con su Salvador Sánchez en las figuras de Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, Jr.
Relación con los medios y la fanaticada
La relación de Miguel con la prensa ha sido una controlada en gran medida por los relacionistas y las conferencias de prensa, como es típico en la época moderna, pero aun así su personalidad se proyecta con toda claridad como si no se disfruta todo a lo Tito, sino que lo soporta como parte de su trabajo. En un signo de su relación con el boxeo, Cotto no recurre a frases de patriotismo extremo antes de sus peleas, como Gómez o Tito, sino que asume en todo momento un aire profesional. Con la seca sinceridad que le caracteriza, ha llegado a decir que no pelea necesariamente por Puerto Rico, sino por él mismo y por su familia. La fanaticada lo sigue y sufre sus derrotas pero, al igual que como ocurría con Gómez, también tiende a molestarse con él cuando pierde echándole la culpa a su supuesta falta de disciplina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTEN!!