sábado, 12 de noviembre de 2016

Leyendas del boxeo: Carlos “Escopeta” Monzón



Ana Saida Hernández 

Leyendas del boxeo: Carlos “Escopeta” Monzón
Por Ana Saida
Box al Día
Deportes Hoy
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Carlos Monzón nació en la provincia de San Javier, Santa Fe, el 7 de agosto de 1942, siendo el quinto hijo de Amalia Ledesma y Roque Monzón, de origen humilde y de ascendencia mocoví (los mocovíes son un grupo étnico de Argentina desprendido del conjunto de los guaicurúes). En 1951, toda la familia se mudó hacia el barrio Barranquita.
Desde chico, Carlos percibía que lo suyo no era el estudio y por tal motivo dejó la escuela en tercer grado. Esto lo motivó y lo obligó a trabajar para ayudar a sus padres. Trabajó como sodero (repartidor de aguas gasificadas), lechero (repartidor de leche) y canillita (vendedor de diarios) mientras que compañeros de su edad estudiaban o se reunían para jugar.
Interesado por el pugilismo recorrió distintos gimnasios para participar en la liga local amateur. Sus ocasionales “managers” eran el “Mono” Martínez y Roberto Agrafogo. Empezaba a mantenerse haciendo lo que más le gustaba: BOXEAR. Con un peso de 64 kilos disputó su primer combate, frente a José Cardozo el 2 de octubre de 1959. El resultado indicó un empate en tres asaltos y recibió un viático de 50 pesos. El último combate antes de hacerse profesional, el 12 de diciembre de 1962 lo tuvo contra Bienvenido Cejas como boxeador de peso medio. Las peleas estilo callejeras, por montos irrisorios, eran moneda corriente.
Su principal entrenador fue Amílcar Brusa. Cuando lo conoció, tenía siete peleas como aficionado y había perdido dos; con don Amílcar hizo 80 peleas más como amateur.
La regla base de Brusa consistió en incorporar conocimientos técnicos y sociales. Hacía las veces de entrenador – amigo – padre. Un triángulo que daría muchas satisfacciones.
Monzón poseía una derecha terrible, era frío, calculador, guapo, tenaz, contundente, feroz, siendo estas algunas de sus virtudes con las cuales demolía rivales. Dotado de un biotipo privilegiado para la categoría, Monzón parecía mucho más “un semicompleto enflaquecido”, que un auténtico hombre de las 160 libras. Su estatura y su alcance, le permitían un control total de sus adversarios, a quienes empezaba a castigar, demoliéndolos poco a poco, a merced de su inclemente jab de izquierda, que era casi un recto y finalmente concluía destruyendo con su poderosa derecha.
El 06 de Febrero de 1963 debuta como profesional de la mano de Brusa contra Ramón Montenegro en Santa Fé Argentina, venciéndolo por Ko en el 2° round. Siguiendo asi con varias victorias pero teniendo también algunas derrotas debido a su inexperiencia.
Buscando a pesar de esas derrotas el sobresalir en lo que era su pasión, siguió peleando hasta lograr que el 03 de Septiembre de 1966 obtener el título de Campeón Argentino de Peso Mediano; título que defendió en dos ocasiones.
El 10 de Junio de 1967 ganó nuevamente a Jorge Fernández y obtuvo el Cetro Sudamericano de Peso Mediano, cetro que defendió exitosamente el 10 de Enero de 1969 contra Rubén Orrico y el 27 de Septiembre de 1969 con Manoel Severino.
En 1970 vino la oportunidad de disputar los campeonatos mundiales medianos de la AMB y del CMB en poder del italiano Nino Benvenuti y con una bolsa de 15.000 dólares. Dicha pelea que se llevó a cabo en el Palazzo dello Sport de Roma el 07 de noviembre de 1970. Monzón le arrebató los títulos al italiano con un excelso derechazo venciéndolo por nocaut en el 12° asalto y se anotó como el cuarto campeón del mundo que daba el país. Comenzaría entonces un ciclo brillante y único en la historia de este deporte pues a partir de ese momento hizo 14 defensas de su título contra los grandes boxeadores de la época, ganándolas todas hasta su retiro en 1977. En 1980 recibió el Premio Konex de Platino como el mejor boxeador de la historia en Argentina.
El 9 de febrero de 1974, peleó con José Ángel "Mantequilla" Nápoles cuando este lo desafió por el título Medio, dado que era campeón Welter, una pelea realizada en Mónaco y patrocinada por el actor francés Alain Delon.
En pleno esplendor de su carrera el destino lo unió con la actriz Susana Giménez. En 1974 filmaron juntos, la película “La Mary” y comenzaron a salir. La estrella de cine no le gustaba el boxeo. Desde entonces comenzaron los inconvenientes entre Monzón, su manager Lectoure y su entrenador Brusa. El campeón no demostraba ser el mismo. Viajes juntos, gastos de todo tipo, la alternativa de colgar los guantes, desacuerdos amorosos, ocupaban su mente. El retiro se produjo en 1977. Luego de una relación tormentosa, no exenta de violencia y noches de turbulencia la Jiménez le abandonó en 1977 aunque se dice que fue por mutuo acuerdo la separación entre ambos, en Mar del Plata. Algunos indican que el alcohol y las malas compañías formaban parte de su vida.
También participó en las películas Soñar, soñar de Leonardo Favio, Amigos para la aventura y Las locuras del profesor de Palito Ortega, Los hijos de López y Un loco en acción de Enrique Dawi.
Se casó por segunda vez con la modelo uruguaya Alicia Muñiz y tuvieron a su hijo al cual llamaron Maximiliano Roque.
Pero la desgracia sobrevino a la vida del pugilista el 14 de Febrero de 1988, en Mar del Plata. Estando en estado de ebriedad al volver de una fiesta discutió con su esposa, la golpeó salvajemente, la estranguló, y finalmente la lanzó desde el balcón de la casa que ocupaban en la ciudad de Mar del Plata. Alicia resultó muerta y Monzón fue declarado culpable en un juicio polémico y llevado a prisión por homicidio simple, teniendo que cumplir una pena de 11 años. Cuando estaba en la última parte de su condena, y ya gozaba de libertad restringida que le permitía salir del penal a trabajar, murió en un accidente automovilístico el Domingo 8 de Enero de 1995, en el paraje Los Cerrillos, de la Ruta Provincial 1, a cuarenta kilómetros al noreste de Santa Rosa de Calchines (provincia de Santa Fe). En esa provincia empezó a luchar contra la adversidad, los problemas y en el mismo lugar terminó.
Siendo muy querido por muchas celebridades como Alain Delón, Mickey Rouke y otros que le dieron su apoyo mientras estuvo prisionero. Siendo su antiguo rival Benvenuti fue uno de sus defensores más leales, visitándolo en la cárcel de Las Flores ubicada en la ciudad argentina de Santa Fe (Capital) varias veces, y pidiendo por su libertad.
Carlos Monzón es considerado uno de los más grandes deportistas de Argentina, alcanzando la fama que sólo han ostentado personajes como Diego Armando Maradona, Guillermo Vilas, Roberto de Vicenzo, Juan Manuel Fangio, Emanuel Ginóbili, Lionel Messi, Gabriela Sabatini o Luciana Aymar hoy en día. A su retiro tenía el récord de 100 peleas como profesional, con 87 ganadas (59 antes del límite), 9 empates, sólo 3 derrotas y 1 sin decisión.
Monzón es un excelente ejemplo del arquetipo del joven muy pobre que alcanza la fama y el dinero a través de su talento deportivo. Como otros boxeadores, salió de la mayor pobreza. Todo lo consiguió por su innegable habilidad sobre el ring y algunas participaciones en cine y televisión. Monzón decía que la mayor bolsa que cobró fue de 500.000 dólares (su última pelea ante Valdéz). Y se jactaba del buen uso que hizo del dinero que había ganado.
Se habla mucho de la fortuna de Monzón los que algunos dicen que era alrededor de 1,3 millón de dólares.
Pero en julio de 1995, Iván Raimondi (abogado de Monzón entre 1970 y 1977) reveló que cuando dejó al boxeador, éste tenía 6 millones de dólares, 35 departamentos, 2 casas, un campo, 7 camionetas y 3 Mercedes Benz. Aseguró que sus bienes sumaban unos 10 millones de dólares. Pero en la misma nota, el apoderado de Monzón entre 1987 y 1995, Juan José Netri, rechaza estos datos. “Nunca tuvo tanto dinero”, dijo. Agregó que, según había investigado, en ese entonces no tenía más de 100.000 dólares…
La disputa por Maximiliano tuvo mucha relación con el dinero y posiblemente haya sido uno de los principales desencadenantes de la tragedia de 1988. El boxeador no volvió a ver a su hijo después del 13 de febrero de 1988 ya que al morir su madre, Maxi quedó bajo la custodia de sus abuelos, Alba Calatayud y Héctor Muñiz García. En 1997, la apoderada de esta familia, Alejandra Mastricardi, dijo que la protección legal tendrá vigencia hasta que Maximiliano cumpla la mayoría de edad o se casara. La relación entre Monzón y Maximiliano fue buena durante mucho tiempo.
La película Carlos Monzón, el segundo juicio de Gabriel Arbós describe el lugar y los hechos procesales que provocaron el encarcelamiento del boxeador.
Al “Escopeta” Monzón, se le considera por muchos el máximo representante del boxeo argentino y uno de los mejores en la historia del boxeo, además de ser considerado uno de los mejores deportistas argentinos de toda la historia. En Boxrec se ubica como uno de los mejores p4p de todos los tiempos, ubicado en la posición Nº 7. La revista The Ring lo colocó en el #11 de la lista de los mejores boxeadores históricos libra por libra. En 1990 fue incorporado al Salón Internacional de la Fama del Boxeo.
Así se murió Monzón: a toda velocidad, libre y en paz consigo mismo. Murió como vivió: mirando de soslayo las normas, tomando atajos y bebiéndose todo de un sorbo. La suya fue una vida lleva de contrastes como el hombre humilde que conoció el hambre y la pobreza en su natal Santa fé, Argentina; luego conocedor de la opulencia en plan de millonario ya como campeón mundial y hasta ser el invitado de honor a un almuerzo por el príncipe Rainiero de Mónaco. Así, a contrapelo, vivió Carlos Monzón. De todas maneras y a pesar de su vida tormentosa, Carlos “Escopeta” Monzón fue, es y será un grande del deporte argentino y mundial.

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