Iván Calderón y la difícil decisión de decir adiós

Iván Calderón y la difícil decisión de decir adiós

Iván Calderón le está huyendo al retiro. (juan.martinez@gfrmedia.com)

viernes, 12 de octubre de 2012
Marcos Mejías Ortiz / marcos.mejias@primerahora.com

Tras perder el pasado sábado por tercera ocasión en cuatro salidas y nuevamente haber caído vencido por la vía del nocaut, son muchos y muchas personas en el país que consideran que el púgil guaynabeño Iván Calderón ya debe acogerse al retiro para proteger su salud y dejar de manchar la hoja de logros que desarrolló en este deporte.

Sin embargo, Calderón, quien hasta el 2010 era un peleador invicto y dos veces campeón mundial, le está huyendo a esa difícil, pero imponderable, decisión. Según ha dicho, todavía se siente que puede pelear y que no ha perdido las facultades que requiere la disciplina, aunque los récords presenten otro cuadro.
“El sábado (Fuentes) me dio un buen golpe en el hombro y después no podía tirar ni defender bien. Entiendo que demostré que todavía puedo pelear en un alto nivel. En los primeros asaltos estaba haciendo una buena pelea hasta que me lastimé el hombro”, dijo Calderón tras su derrota sabatina ante el mexicano Moisés Fuentes en el combate que tenía en juego la corona mini mosca (105 libras) de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que ostenta el púgil mexicano.
Por lo visto, Calderón está teniendo dificultad de aceptar que le llegó la hora de decir adiós. Y la realidad es que no está solo en esa crisis. Tanto en Puerto Rico como en el campo internacional, la lista de atletas que se negaron o aún se niegan a poner fin a sus carreras deportivas es abundante.

Lo triste de esos casos es que, muchas veces, glorias del deporte se niegan la oportunidad de ser honrados por sus logros deportivos en una ceremonia y con una cobertura especial sobre susretiros. Parece como si prefirieran sencillamente dejar de jugar un día, sin ton ni son, y pasar a pertenecer a una lista abundante de jugadores que nunca se retiraron, recordando un poco en broma que solo se retiran los buenos, y que los regulares solo dejan de jugar.